A 126 Kilómetros de Managua, está ubicado el emprendimiento familiar “AMILI”, nombre Náhuatl que significa “Tierra Agrícola, Tierra de Cultivo, Tierra de Regadío”, dedicado a la producción, transformación y comercialización del ajonjolí negro, conocido como sésamo negro. 

“La Fe en Dios y en la semilla, nos llevó al despertar del éxito, los obstáculos no fue un impedimento para incursionar en el establecimiento de ajonjolí negro, nuestra idea de producción inició hace 3 años con 23 surcos y hoy en día establecemos 53 manzanas de esta semilla milagrosa”, expresó muy contento el productor Douglas Fernando Silva quien junto a su esposa Gissela Adriana Tenorio Cáceres, emprendieron hacia la prosperidad. 

El productor dijo que con el acompañamiento del MEFCCA, han fortalecido sus capacidades productivas, obteniendo un rendimiento productivo con más de 900 quintales al año de esta importante semilla y exportan al continente Asiático. 

Manos Emprendedoras que Transforman el Oro Negro 

El deseo de superación, innovar, crear y cambiar, es lo que motivó a la emprendedora Gissela Adriana Tenorio Cáceres, seguir impulsando el desarrollo en su emprendimiento, dando valor agregado a la semilla, elaborando 11 nuevos productos como aceite tostado,  extra virgen, semilla en presentación tostada, dulce cruch nethutik, pasta tahin de sésamo negro, súper fibra, cereal, cosméticos, jabón neutro, jabón neutro a base de miel, exfoliante, aceite para el rostro, aceite capilar para evitar la caída del cabello, aceite con menta para las articulaciones y  aceite de bálsamo con cera de miel. 

La protagonista destacó que “son tiempos para despertar en la transformación de nuevos emprendimientos, contamos con un Gobierno que fortalece capacidades y conocimientos, brinda herramientas y espacios para su comercialización, las ferias son un diamante en bruto porque te permite establecer enlaces y promocionar tus productos, es momento para asumir nuevos retos”, añadió Tenorio. 

Nicaragua cuenta con un alto potencial para el cultivo de ajonjolí negro, el 80 por ciento de la producción está en manos de pequeños y medianos productores del occidente del país, los bajos costos en la producción convierten a esta semilla en una opción con rentabilidad para los productores del país.